Acá está Víctor Victoria

Huellas en el alma... y en la piel.

lunes, 25 de enero de 2010

Desde que el hombre es hombre ha tratado de plasmar por medio de imágenes lo que le acontece y le afecta. Ha recurrido a diversas artes o artilugios para enfrentar o darle sentido a lo que vive, le desborda o simplemente no entiende.
Una forma de darle cabida a estos misterios han sido los tatuajes o tatoos.
Según los que saben, estos se han ido realizando desde tiempos muy antiguos. Algunas tribus que habitaron las polinesias o islas de Japón; China o el continente sudamericano y africano; utilizaban tatuajes en la cara o en diversas partes del cuerpo. Fue una manera de embellecer los cuerpos para las mujeres y otra demostrar hombría y madurez en el caso de los hombres. Se ha dicho que hay vestigios de momias más antiguas que las de Egipto en las que se han hallado formas similares a los tatuajes. Ciertos pueblos de Medio Oriente utilizaban tatuajes en la antigüedad para demostrar el dolor de la pérdida de un ser querido. Ya para el siglo XVIII, los tatuajes se hicieron famosos en occidente; esto por medio de viajes de los marinos europeos por la polinesia e islas de Sudamérica, éstos al ver los tatuajes decidieron practicar en sí mismos alguno de ellos en su piel. Con el paso del tiempo y de las nuevas formas de expasión territorial y comercial, incluso varias casas reales de Europa han tenido reyes, príncipes o duques que se han realizado tatuajes.
Nuestra llamada sociedad postmoderna no ha escapado a esto. Actualmente se ha ido perdiendo algo del taboo por el acto de tatuarse. Que si quieres entrar a la policia federal, o tener un buen trabajo o hasta para que te acepten los suegros... no debes tener tatuajes. La verdad, las opiniones pueden ser subjetivas y sin mucho fundamento. Lo cierto es que hacerse un tatuaje tiene su fundamento, no es sólo hacerlo por hacerlo. Los tatuajes son absolutamente personales. Dependerán del gusto de la persona, no sólo la forma o diseño; sino que también su tamaño, colores a utilizar y la zona corporal a tatuar.
Un tatuaje tiene un significado espiritual. La persona que admite que traerá algo dibujado en una parte de su cuerpo para toda su vida, es porque ese dibujo tiene un significado muy especial y trascendente. Dice algo de lo que la persona es, fue o será.


En mi caso, el primer tatuaje que decidí tener en mi brazo derecho fue el personaje central de mi primer intento de novela. El personaje principal tenía el mismo nombre del relato: Leona. He de confesar que me base en dos ideas principales: el personaje central de la serie Chobits; y el Heartagram, que es el símbolo de la banda finlandesa de Love Metal, HIM. Corría el mes de agosto del año de 2005.



El segundo de alguna forma sigue estando presente la música. Son las primeras notas de las Variaciones Goldberg de J. S. Bach., el Aria de Capo. Decía Friedrich Nietzsche que la vida sin música sería un error, y que la verdadera música era aquella que elevaba el espíritu a una altura nunca antes sospechada. Eso es para mí las Variaciones Golberg más si es la interpretación de Glenn Gould.


El tercero, es un pequeño símbolo de un video juego llamado Assassin's Creed. El haber jugado y sentirme parte de la historia de dicho juego me dieron la idea de por tercera ocasión a hacerme un dibujo indeleble en la epidermis.
No sólo traigo tinta en la piel, sino también en mis emociones y sentimientos...

1 Rechiflas o aplausos:

la MaLquEridA dijo...

Achis! ¿y porqué yo no te los ví?, ¿pues dónde los tienes?...






:)

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